Este curso los lacitos azules hicimos un mural de otoño con el que aprendimos un montón de cosas: se hace de noche antes y tenemos menos tiempo para jugar, las nubes se vuelven grises y dejan caer gotas de agua, empezamos a usar paraguas, botas y abrigo. Algunos árboles se quedan sin hojas y éstas se vuelven de color rojo, amarillo o marrón. Podemos comer uvas, cacahuetes, avellanas, castañas, nueces, peras y manzanas que ya sabemos que se pueden preparar en compota, mermelada y hacer tartas; también naranjas que nos dan un montón de energía. Los cerditos pueden comer su alimento favorito: las bellotas y las hormigas comienzan a guardar alimentos para el invierno. Los pájaros se marchan a lugares más calurosos y los caracoles salen a pasear por los charcos.
Así de bonito nos quedó y la profe nos lo colgó en una pared de la clase que nosotros elegimos. Todos los días llevábamos hojas que recogíamos para decorarlo alrededor pero siempre se nos caían; así que al final, pintamos unas bonitas hojas para hacerle un marco.
También organizamos una pequeña exposición en el aula con frutos del otoño: maíz, setas, erizos de castaña, hojas... que entre todos nos encargamos de llevar a clase. ¡Mirad que bonita nos quedó!
Después pintamos con pincel unas banderitas de nubes que nos sirvieron para decorar el tendalito que tenemos en clase.
Y para terminar, pintamos una súper calbaza para celebrar la fiesta del Samaín ¡ay qué miedo!